Publicado originalmente el 24/02/2020
Ana
Mañeru y Carmen Oliart
SABINA
Editorial,
Madrid 2019
…resolver
una batalla de silencios
Sobre
tablillas de arcilla y datada entre los siglos 2.300 a.C. más 2.100
d.C. ENHEDUANNA,
poeta, princesa y sacerdotisa sumeria, escribió
la
primera obra literaria
firmada
de
la
humanidad.Con
este arranque extraordinario, Ana Mañeru y Carmen Oliart autoras
y editoras, recorren en este libro las voces de poetas de distintas
épocas, destacando el origen histórico, desconocido hasta el siglo
XX, de este hecho. Ya es tiempo, nos dicen, de que
todo el mundo conozca
el
origen femenino
y materno de la lengua testimonio de la creatividad,
autoría y excelencia de la
literatura
escrita por mujeres.
Esta singularidad en la transformación de la cultura, conforma aquí
la idea de un ciclo de 22 voces, nos cuentan, como un diálogo que no
se ha interrumpido, formando una comunidad libre en un contexto
relacional practicado por muchas mujeres a lo largo de la historia y
también hoy. El ciclo termina con el canto que la propia Juana
Castro escribió sobre Inanna, la gran señora, la diosa madre de la
mitología panmesopotámica, y a quien Enheduanna dedicó uno de
sus más celebrados himnos; se destacan también a otras poetas de
nuestros días como lo son Adrienne Rich, la gran activista
americana, inspiradora de los movimientos feministas de los años 70
y cuyos ensayos se han traducido al español y editado recientemente;
así como a Maria Victoria Atencia y a la canadiense Anne Carson, de
imprescindible lectura.
La
mujer como productora de textos, nos dice la filósofa Ana María
Leyra Soriano, como sujeto de la literatura, da paso a un nuevo
concepto de escritura, el tercero de los ángulos de un tiempo cuyos
otros vértices serían la lengua y el estilo. Al concepto de
escritura-mujer, prosigue, no solo como reivindicación de género,
sino como realidad incuestionable, debería añadírsele
legítimamente la propuesta de una lectura-mujer, de una legibilidad
otra, complementaria y enriquecedora. (La
escritura,
la Mujer y el mal
Asparkía nº 6 Investigaciones feministas 1996).
Imaginar
un juego interpretativo en una escritura que se abre a la diferencia
es, cuanto menos, eludir cuestiones más rotundas. Elaborado en el
confinamiento de la lengua y siguiendo un proceso de pensamiento
visual, el poema -como el mito- se distingue por condensar
significados y albergar infinitas singularidades. Generador de una
voz reveladora pone a prueba el instante preciso del aquí
y
ahora
del ser
y su correlato, la pervivencia; tal vez, la poesía, con su discurso
sistematizado, ayude a identificar experiencias o a mediar en la sola
impresión ya que este hecho se produce alrededor de un sentimiento
vivo, liberado en el lenguaje, complementado con el pensar y que
refleja y constituye la expresión. Si el pensamiento es el resultado
de una recreación intelectual y la idea su corpus luminoso, la
poesía representaría su expresión más pura, pues fuerza los
límites de lo pensable en un mundo propio, con un impacto ineludible
que, cuando se hace presente, acaba con todo.
Ana Mañeru, socia de Clásicas, es poeta y traductora, trabajó como responsable de Educación y Cultura en el Instituto de la Mujer, impulsora de Genialogías de Mujeres Poetas y co-fundadora, junto a Mª Milagros Montoya Ramos y la propia Carmen Oliart, de esa plataforma de creación que es www.sabinaeditorial.com especializada en publicar obras de mujeres como la reseñada aquí, Palabra de Diosa, autoras que renacen cuando las leemos, y que han sido celebradas hace tan solo unos días en ese espacio colaborativo de libertad que es la Librería Feminista de Madrid www.mujeresycialibreria.net desde donde se promueve el activismo y divulga la autoría de mujer. Allí tienen cabida proyectos e iniciativas que la librera Miren Elorduy recoge y, de la mano de sus socias, revierte y nos entrega transformadas en una potente arma para el cambio de la cultura en la lucha por la igualdad.
