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Publicado originalmente el 13/02/2025

Foto: La Wagemann

 Lola López Mondéjar publicó en octubre de este año Sin relato. Atrofia de la capacidad narrativa y crisis de la subjetividad, obra galardonada con el 52º Premio Anagrama de Ensayo. Alabada por la crítica, la autora ha escrito un ensayo que refleja el proceso de pérdida de la capacidad de narrativa de la población occidental. 

A partir de la pregunta ¿Somos hoy menos humanos?, López Mondéjar investiga la transformación de los individuos en seres huecos en un contexto de posmodernidad, digitalización y capitalismo. Esta atrofia no solo impide que las personas puedan narrarse, sino que jibariza el pensamiento y el mundo imaginativo a través de un progresivo vacío de representación provocado por el capitalismo de la atención. 

La incapacidad del sujeto para integrar las experiencias en su subjetividad y crear su propia narración vital es analizada por la psicoanalista desde la filosofía, el psicoanálisis, la sociología y la neurociencia. Gracias a la confluencia de disciplinas, López Mondéjar realiza un gran retrato social que se asienta principalmente sobre el deseo mimético de René Girard. Con la premisa de que el ser humano tiene héroes a los que imitar, la autora atiende a las dinámicas culturales para determinar cuáles son los modelos y los ideales que han terminado por conducirnos hacia la estultofilia y hacia la falta de identidad en esta era de la información. 

La crisis narrativa que invade al mundo occidental no es fortuita, sino resultado de una evolución progresiva que se ha agravado con la difusión de internet y la universalización de lo digital. Las grandes narraciones, fruto de experiencia y de saber, fueron fragmentadas en pequeños relatos que darían paso a la aparición de los storytelling, una técnica comunicativa orientada a transmitir mensajes tanto políticos como publicitarios con la intención de que los individuos se identificasen con ciertos modelos y protocolos. Dicha mímesis guiaría a los ciudadanos hacia una suerte de colonización por el capital y por el mercado que homogeneizaría la experiencia y vaciará la subjetividad. Tener los mismos referentes e idénticos deseos desembocaría finalmente en una linealidad de las experiencias y en una identidad adhesiva. 

Como los ciudadanos se han alineado con las propuestas de las redes, la televisión y los líderes de los mass media, su mundo interior se ha vaciado progresivamente. La sobrecarga informativa ha eliminado el pensamiento crítico en tanto que el ritmo nervioso es incapaz de resistir el procesamiento masivo de datos. En su lugar, la saturación y el déficit de atención se han apoderado de los procesos cognitivos, provocando la pérdida de la capacidad narrativa. 

La biografía particular era un relato constituido a lo largo del tiempo que la identidad adhesiva ha eliminado y fragmentado para hacer del yo un deseante mimético destinado a la producción y a las pequeñas satisfacciones consumistas. Ya no hay historias que contar, sino experiencias aisladas que ignoran el sufrimiento ajeno y erosionan la empatía. La individualidad es vacuidad y aislamiento a través de una mimesis que repercute de forma especial a las mujeres debido a la constante difusión de la pornografía, del sexismo y de los cánones estéticos. 

Frente a esta realidad, López Modéjar, socia de Clásicas y Modernas, propone una subversión crítica: recuperar la capacidad narrativa, reducir la exposición a las pantallas y reintroducir la fricción en nuestras vidas. Sin relato es una llamada urgente a reflexionar sobre nuestra condición en la era digital y a recuperar la capacidad narrativa para volver a ser humanos. ¿Estamos dispuestos a volver a narrarnos? 

Alicia Esteban Barroso 

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