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Publicado originalmente el 20/01/2020

Gerda Lerner

La creación de la conciencia
feminista. Desde la Edad Media hasta 1870

Gerda Lerner

Traducción de Ivana Palibrk

Katakrak Liburuak, Pamplona, 2019

437 páginas

“Mil años de crítica feminista de la Biblia” es el título de uno de los capítulos de La creación de la conciencia feminista. Tiene 43 páginas y demuestra dos cosas. La primera es la asombrosa capacidad de síntesis de Gerda Lerner, una historiadora nacida en Viena en 1920 y exiliada en Estados Unidos, donde impulsó la primera cátedra de Historia de las Mujeres. La segunda es la tesis del libro y tiene que ver con la relación histórica entre las mujeres y el conocimiento.

Sí, ya lo
sabemos. En el pasado, las mujeres no podían estudiar. Las españolas
solo pudieron ingresar en la Universidad en 1910, y hasta la
Transición, hubo muchas más analfabetas que analfabetos… Pero
creemos que se trata de un problema superado. Lerner nos muestra lo
contrario. Pues el acceso al saber tiene tres partes: recibir
conocimientos, impartirlos y crearlos. Y si las mujeres han
conseguido lo primero (en Occidente), lo segundo está aún lejos
(solo 15 % de catedráticos son catedráticas) y lo tercero no ha
llegado. Para Lerner, el relato construido por la historia, la
filosofía, la literatura… es un pilar fundamental del patriarcado.
Y muchas mujeres, desde hace siglos, han entendido que para
emanciparse necesitaban un discurso emancipador; pero no han podido
llevarlo a cabo.

La crítica
bíblica es un ejemplo llamativo de esta tesis. Durante dos milenios
la justificación del patriarcado la proporcionaron sólidamente las
Escrituras. Dios creó al varón a su imagen y semejanza, y a la
mujer de su costilla; Eva fue la primera pecadora; María nos enseña
obediencia… No es de extrañar que muchas lectoras, sin poner en
duda (¿quién podría haberlo hecho en la Edad Media?) la autoridad
de la Biblia, buscaran darle otra interpretación. Tal pasaje no se
había traducido bien; tal otro podía entenderse de otra manera;
junto a Eva y la Virgen, tenemos a Esther o Judith… Lerner repasa
todos los argumentos, y llega a una sorprendente conclusión: se
repiten. Es decir, no avanzan. Cada nueva crítica feminista de la
Biblia vuelve a empezar desde el principio, “reinventa la rueda”…
porque no se han leído unas a otras.

El problema, pues,
es que las mujeres apenas han logrado construir conocimiento. Y no es
que no lo hayan intentado: Lerner repasa siglos de aportaciones de
intelectuales y activistas; pero ¿por qué no han cuajado en un
sistema coherente? Porque las sabias, explica Lerner, han sido pocas;
porque se las ha perseguido y censurado (recordemos la tradición de
presentar a la mujer culta como un personaje ridículo u odioso,
desde Juvenal, Quevedo o Molière hasta la directora del Instituto en
Merlí) y excluido de los grupos que crean saber e influyen en
el poder, como Universidades y Academias; y porque han gastado sus
energías en polemizar con el discurso patriarcal imperante, en vez
de proseguir el discurso feminista de sus antecesoras, que
desconocían porque no se transmite de una generación a otra.

Las que, a pesar
de todo, han creado saber basado en la experiencia femenina han sido
mujeres en general solteras, que han pensado juntas y que han podido
contar con ingresos que no dependían de su relación con un hombre.
De las beguinas a las sufragistas, pasando por las “preciosas” y
otras salonnières, grupos de mujeres activas y cultas han ido
creando un corpus teológico, filosófico, literario… acompañado
de propuestas políticas: educación femenina, divorcio, profesiones
para las mujeres, voto….

Es esa la historia
que Gerda Lerner recorre y analiza en este libro clarividente y
magistral. Créanme: de todo lo que he leído sobre la relación
entre las mujeres y el saber, y he leído mucho, La creación de
la conciencia feminista
es de lejos lo mejor.

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